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jueves, 10 de junio de 2010

Como ser un buen docente

Se acabaron los profesores dictadores, que dictan clase. Hoy los profesores son acompañantes respetuosos del proceso de formación de los estudiantes.
El nuevo docente sabe con claridad que su función es formar, no informar. Sabe que Internet conoce más datos que él Enseña a sus alumnos a pensar, más que a memorizar. Conoce y respeta a cada uno de sus estudiantes, con sus características y especificidades. No los trata a todos igual.
Les proporciona los elementos para que aprendan a preguntar y a buscar respuestas. También estudia mucho, lee mucho, más que sus estudiantes. Sabe escuchar tanto como hablar. Se mantiene actualizado en su campo. Piensa en el futuro permanentemente, pues sus estudiantes se preparan para mañana, no para hoy. Se siente mejor con el título de maestro que con el de profesor. Mantiene siempre vigente la ética profesional, en sus enseñanzas y en su actividad. Conoce muy bien que su misión principal es "en carretar" a sus alumnos con el conocimiento. Se considera psicólogo, médico, educador, consejero, sociólogo, ingeniero de sistemas.
El docente Se preocupa por formar excelentes seres humanos, más que buenos profesionales. Piensa siempre que su acción desarrolla al estudiante y aporta a la sociedad. La profesión docente es noble y enriquecedora para quien la ama verdaderamente, pero puede llegar a ser el fastidio más grande para quien se acerca a ella por error, o porque constituye la última salida profesional y un sueldo más o menos seguro.
El buen educador no tiene que ser una persona excepcional pero posee una cualidad que constituye el núcleo generador de toda su acción docente: ama la docencia en forma sincera y convencida, desprovista de falsa retórica. Además, es consciente de que todas sus actuaciones públicas y hasta privadas pueden afectar, para bien o para mal, a muchas personas.
Los educadores deberíamos preguntarnos siempre: ¿En qué medida afectará a mis alumnos esto que hago hoy? ¿Cómo reaccionarán ellos años después? y ¿cuánto de esa reacción será producto de mi actuación de hoy?
Un aspecto necesario en la comunicación es que el maestro y el profesor sepan escuchar: atender las preguntas de los estudiantes, saber recibir las objeciones, si las tienen, y canalizarlas; ser comprensivos de sus dificultades de aprendizaje, a fin de solucionarlas o de referirlos a quien la pueda solucionar.
Tener capacidad de adaptación a la clase, lo cual implica no sólo la adecuación de la materia a los principios metodológicos del aprendizaje, para hacerla asimilable, sin también la comprensión psicológica de los alumnos: adaptación a su edad, a sus características sociales, a los problemas que puedan tener. En este sentido, es fundamental conocer y respetar las diferencias individuales, dentro de lo cual hay que saber identificar capacidades y talentos particulares de los alumnos, a fin de ofrecerles oportunidades de avance y superación.
El docente que realmente está comprometido con su responsabilidad de no solo transmitir conocimientos, sino motivar a que se generen nuevos, tiene que estar plenamente identificado con su misión, saber aprovechar esa gran oportunidad que se le da de orientar, comunicarse con semejantes que confían en sus enseñanzas, depositan su confianza de que sus conocimientos serán estímulos proactivos.
Los buenos maestros tienen objetivos claros y bien escritos. Los maestros eficaces planifican las lecciones que les dan a los estudiantes una idea clara de lo que van a aprender, cuáles son las tareas y cuáles son las reglas para calificar. Las tareas están diseñadas con metas de aprendizaje y les dan a los estudiantes amplia oportunidad de practicar lo que han aprendido. El maestro es consistente en su forma de calificar y regresa las tareas corregidas a tiempo.
Los buenos maestros están preparados y organizados. Ellos llegan a sus salones temprano listos para enseñar. Presentan las lecciones en una forma clara y estructurada. Sus salones están organizados de una forma que limita las distracciones.
Los maestros motivan a sus estudiantes y les enseñan diferentes perspectivas. Los maestros eficaces usan los hechos para enseñar desde un principio, no hasta el final; siempre hacen preguntas que empiezan con ?¿por qué?, ven todas las perspectivas de un asunto y motivan a los estudiantes a predecir qué es lo que va a pasar. Ellos hacen preguntas a los estudiantes frecuentemente para asegurarse que todos los estudiantes están atentos. Intentan motivar a toda la clase, y no permiten que unos pocos estudiantes dominen la clase. Mantienen a los estudiantes interesados en aprender con tácticas variadas e interesantes.
Los buenos maestros son agradables, accesibles, entusiastas y cariñosos. Los maestros con estas cualidades se quedan después de la escuela y están disponibles para los estudiantes y los padres que los necesiten. Ellos se envuelven en comités escolares y actividades, y demuestran un compromiso con la escuela.
El profesor debe exhibir amplio conocimiento en las materias que enseñan y dedican tiempo para continuar su propia educación en su materia. Ellos presentan material escolar con entusiasmo e inculcan en los estudiantes las ganas de aprender más fuera de la escuela.

REALIZADO POR: Prof. Alexander cova

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